Cual tonta palomilla revoloteando
sin dudas, ni temores;
acércandose más y más al calor
de una llama ardiente.
Uno, dos, tres;
se acerca,
uno, dos, tres;
se aleja.
Una vez más
está perdida;
hipnotizada por el fuego.
Se acerca alegre;
jugando con la vida entre sus alas
un segundo,
y al siguiente,
se le escapa en la nada.
"Me atraes con el fuego, en tu luz traviesa revoloteo; a veces lo dudo, otras veces no lo pienso. Y al final, al final siempre en tu calor vengo muriendo."