jueves, 30 de agosto de 2012

Cualquier sueño

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Man Ray (1980-1976) Mujer dormida

A veces no sabes cómo deseo que seas como cualquier otro sueño, 
de esos que justo después de despertar desaparecen,
dejando vagos rastros; todos tan confusos, 
sin sentido. 

Al final,
 queda quizá un trozo o dos
 de una historia no recordada;
la sensación de saberla y aún así ignorarla.

Pero tú 
eres esa clase de sueño que se repite por años,
siempre exacto; ningún detalle se escapa
cuando al final despierto.

Y te encuentro  acechando mis días bajo cualquier pretexto;
ahí estás  como si el sueño continuara
a veces yo sólo quisiera despertar,
y que seas como cualquier otro sueño.


Y olvidar, o mínimo no tener que recordar.

jueves, 16 de agosto de 2012

The russian cosmonaut

¿Han visto la película Another earth (2010)? 


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Lo que principalmente me llevó a ver esta película fue sin lugar a ninguna duda (¡absolutamente ninguna!) fue la banda sonora, Alex Turner (sí, ese de los Artic Monkeys). Escuchando una que otra canción de las que componen el soundtrack como: Hiding tonight, Stuck in the puzzle ("I'm not the kind of fool who's gonna sit and sing to you about stars girl..."just love it! ), It's hard to get around the wind... Ok, esta banda sonora es de la película Submarine (2011) jajajaja sólo quería que escucharan el soundtrack.

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Volviendo a Another earth; Hay una historia corta que nos presentan que aunque no es parte de la trama  en sí, es a mí humilde parecer lo más relevante en la película, es como si toda la demás historia tan sólo fuese un trasfondo para llegar a ésta: The russian cosmonaut, o quizás sea éste el punto en el que todo se condensa; cómo la vida irónica e impredecible lleva a la protagonista a cambiar la vida de toda una familia, pero especialmente la de un profesor de música, cómo la culpa la lleva a esconder su identidad, cómo es que termina arreglando su vida intentando arreglar la del profesor, cómo es que la vuelve a destruir... Y allá en el cielo se muestra la otra tierra, la prometida; la que pareciese estar libre de culpas, errores y tristezas.
¿Pero, en verdad lo está?

Aquí les dejo la historia del cosmonauta:





domingo, 12 de agosto de 2012

Hello stranger

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Plaza Machado, Mazatlán.
Le vi pasar cerca del café que con frecuencia visito en la plaza de la ciudad. ¿Estaría mi mente jugándome alguna broma y reconocería en cualquier rostro alguna chispa de aquél? ¿O era realmente ése, el que tantas veces contemplé sobre mi regazo? No era exactamente lo que recordaba (mis recuerdos nunca han sido realmente confiables; siempre terminan siendo recuerdos de recuerdos), pero lo que recordaba ¿Era lo que había sido realmente? Tenía una vaga imagen: una sonrisa pícara y brillantes ojos verdes bajo el cabello oscuro, negro. 

Contemplé como se alejaba lentamente aquel fantasma hasta perderse entre la gente. La taza de café estaba ahí, casi vacía y tomé un último trago antes de salir caminando sin un rumbo fijo. Se escuchaba a lo lejos la voz de una soprano entonando melodías, seguramente venían del teatro que se encontraba un poco más allá. Empezaban los recuerdos a llenarme los sentidos; recordaba las voces de dos personas cantándose al oído, el sabor y la forma de unos labios perdidos, el tacto de una piel cálida y suave, ese olor inconfundible que me parecía un poco dulzón y que me hacía perderme, olvidarme de todo; la visión de un sueño.

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Teatro Ángela Peralta.
El sueño comenzó cuando éramos niños, cuándo la inocencia nos afloraba en el rostro y jugábamos en el recreo a la pelota. Yo, siempre guardaba un poco de agua porque llegaba sediento después de tanto jugar. A veces nos descubríamos con la mirada, y esos segundos eran para nosotros años. Cuando fuimos un poco mayores, una tarde de verano nuestras miradas brillaban sin rastros de aquella inocencia, me hundí es sus ojos verdes y él me besó los labios.

La voz se dejó de escuchar y sobre una banca dos ancianos conversaban, quizás discutiesen acerca del aumento de la gasolina (que ahora es una vez al mes), o acerca de la burla que es su pensión. Era inútil revivir aquellos recuerdos, esa vida era una que se había acabado hacía ya muchos años; habían pasado por lo menos 10.

Decidí caminar a la librería (tan sólo eran dos cuadras caminando), había un libro que me había sembrado toda la curiosidad del mundo: El Psicoanalista, y estaba dispuesta a leerlo. No fue difícil encontrar entre los estantes un ejemplar de edición reciente; lo difícil fue después de tomar el libro y alzar la vista, verlo ahí plantado frente a mí.

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Naturalmente había cambiado; los años habían hecho sus facciones menos delicadas, su cuerpo había tomado un tono maduro y su voz, bien su voz no salió. Estaba a punto de decir algo, cuando sentí que alguien me sujetaba por la cintura; era mi prometido: mi sol y mis estrellas.

Los deseos de aquel fantasma (ahora frente a mí), y los míos algún día habían sido los mismos; un hogar, algunas mascotas, e incluso pequeños traviesos jugando en algún jardín. Pero todos esos sueños se nos fueron muriendo, y no era culpa de nadie.

Un pequeño se acercó inquieto a él diciéndole: ¡papá!¡papá! ¿Me compras este cuento? Mostrándole el libro ilustrado que sostenía en sus pequeñas manos y sus ojos verdes se posaron sobre él expectantes.

Antes de partir con mi sol y mis estrellas, sonreí dulcemente y casi en un susurro le dije:

Hola extraño.

lunes, 6 de agosto de 2012

Marte, 5 de Agosto de 2012.


Ahí estaba al final en Marte
a dos colores sin matices, 
era un desierto no conocido 
y colmado de secretos.

Ahí estaba en mi mente 
otra imagen, otro sueño, 
que se encontró en ilusión
para perderse en realidad.

Ahí estaba al final del viaje, 
no habrá una Tierra esperando
azul y paciente; ésta, 
será sólo un brillo distante en el espacio.