Ve cómo se escurre de entre mis pupilas la tristeza.
Tócame suavemente, ya no hay mucho más que pueda sentir;
se forma en mi cara una sonrisa.
¿En verdad lo es?
Ahora dime lo que he venido a escuchar;
cosas que no se pueden cambiar, ni esperar.
Mírame cuando sea el adiós
definitivo.