Umm...
A principios de este año con la última paga de mi último empleo (el cual consistía en atender a clientes generalmente molestos de una compañía de móviles-uno escucha cada historia-...) decidí renovar mi pasaporte por los próximos tres años.
Parece no tener mucho sentido, después de todo el único país que visito es Estados Unidos, y cuento con la visa para poder ir.
La idea al sacarlo fue otra; quiero ver entre esas hojas amarillentas y vacías al menos un sello de un país que no sea Estados Unidos, es un reto que va a contra reloj y a veces tengo que recordarlo; porque las páginas siguen vacías y el tiempo sigue corriendo...
Tic, toc, tic, toc.