Besé sus labios como si fuesen a desaparecer,
como si los pudiese olvidar; y de pronto,
comprendí lo que podría perder.
comprendí lo que podría perder.
Le besé de nuevo: le besé con miedo,
con ternura, con desesperación.
Le vi, y supe que no podría nada negarle,
nada que fuese mío no sería de él;
las cosas que él ama no podría,
aunque quisiese, odiarlas.
La verdad esa que nos une,
esa que puede separarnos;
la felicidad que él me provoca,
incluso mis tristezas de él serán.
Para tomar o para ignorar,
esa es su elección.
No hay comentarios:
Publicar un comentario