Encontré mis manos atadas a las tuyas,
y entre las oscuras sendas
el ruido del silencio nos llenaba;
te besé, y supe que nunca más.
El calor brotaba como agua
y nos mojaba los cuerpos;
rocío de sueños y deseos;
pero, nunca más.
El sentido de dos almas
que se conocen y son sinceras;
el reencuentro de dos amantes
que no se amarán, nunca más.
...
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